Translate

19 de septiembre de 2016

Capítulo 14

                         ADRIANA

No llego a la reunión de hoy, hay un atasco de cojones. El señor Thomson me matara. 

Llego a la oficina 15 minutos más tarde de lo normal y voy casi matándome porque hoy tenemos una reunión muy importante con unos publicistas de México, y se supone que tengo que ser yo la que exponga el proyecto, vaya imagen estoy dando de mí y de la empresa. Espero que se hayan retrasado y no hayan llegado. Entonces paso por al lado de mi secretaria deprisa cruzando el pasillo de mi despacho como si fuera un coche de carreras, no le doy tiempo ni a que me de los buenos días, la miro de refilón y se da cuenta por la manera en la que la miro y  que casi me choco con un florero de decoración que había colocado en la entrada, de que llevo prisa. Cruzo la puerta como si fuera la bandera que hay que tocar cuando terminas una competición, y allí están todos ya reunidos  en la sala de reuniones. Como no, esperándome. El señor Thomson me echa una mirada como si me quisiera matar y yo me disculpo por la tardanza, saludo a los publicistas y como no, otra vez esta él, AIDEN, me quedo un poco impactada cuando lo veo, pensaba que no volvería por la empresa, que estaría ocupado con cosas más importantes. Pues no, aquí está, mirándome con cara chistosa y no lo culpo, mi cara es de me he salvado por los pelos.

-Señorita Adriana le presento a los señores Juan Rodrigo Gómez y Eduardo Velazco los publicistas de los que le hable. –Dice el señor Thomson.

-Encantada. –Digo saludándoles de nuevo.

-Ella es nuestra directora de Marketing en la empresa. Bueno y el señor Aiden dueño de la empresa que ha venido a supervisar el proyecto, me ha comentado que está muy interesado en este proyecto en especial.

Entonces Aiden me mira con una mirada muy penetrante, intento sostenerle la mirada pero no puedo. Mientras le miro noto como todos mis sentidos se centran en él, en su olor, en su pelo, en sus labios. ¿Qué me estaba pasando con él? ¿Por qué no me lo podía quitar de la cabeza?

Entonces noto como un grito se me clava en mis oídos sacándome de mi trance:

-¡Señorita Adriana! ¿Me está escuchando? –Me alza la voz el señor Thomson–, creo que debería empezar con la exposición del proyecto.

-Por supuesto señor.

La exposición transcurre rápido y los publicistas mexicanos quedan encantados con el proyecto, al igual que Aiden. A la finalización del proyecto aplauden y el señor Thomson invita a los publicitas a terminar de negociar el contrato en su despacho, también le pregunta a Aiden si prefiere supervisar el mismo la negociación, pero se niega.

-Lo siento Thomson pero tengo muchas cosas por hacer, me fio de su criterio. –Él le guiña el ojo a Thomson como señal de amistad.

Y Thomson le echa una sonrisa, se despide de él y se va al despacho con los publicistas.

Ahora nos hemos quedado solos él y yo en la sala de reuniones. Recojo mis cosas mientras me mira y cuando me dispongo a salir de allí, él me agarra del brazo.

-¿Dónde va señorita Adriana?

-Me retiro a mi despacho señor Aiden, creo que he finalizado mi trabajo aquí. –Digo chistosa intentado decirlo lo más seria que puedo.

-Creo que tenemos un asunto por resolver, ¿no cree?

Entonces se a lo que se refiere, trago saliva y lo miro a los ojos. No digo nada.

-Creo que deberíamos seguir nosotros hablando del proyecto, ya que es sumamente interesante, le parece bien si la invito a comer y seguimos hablando. –Me dice intentando parecer lo más serio posible.

Sé que es una excusa para que estemos los dos a solas, pero no me puedo negar cuando le miro a los ojos, veo como se me clava su mirada como una estaca y siento que no me puedo mover.

-Me parece genial señor Aiden.

-Estupendo pues a la 13:00h le paso a recoger señorita Adriana.


Se despide guiñándome un ojo y yo me sonrojo.  Estoy de los nervios. Me voy a mi despacho, me meto en él, cierro la puerta y respiro aliviada de estar sola. Hasta que me repito a mí misma que de aquí a unas horas estaré comiendo con el dueño de mi empresa. 
Al cual creo que puedo gustarle o no sé, a lo mejor solo le interesa mi proyecto como me comentó. No paro de darle vueltas a la cabeza, puede que me dé un ataque antes de la comida. Así que decido ponerme a terminar las cosas que me quedan en la oficina antes de que llegue la hora, a ver si puedo concentrarme.

5 de septiembre de 2016

Capítulo 13

                                         SAM


Tal como le había prometido a Pilar, la estoy esperando en el sitio de siempre, cosa que sí que es raro, porque normalmente siempre es ella quien tiene que esperarme.

Mientras  la espero recuerdo como termino todo anoche, todo se puede resumir en conversaciones con indirectas. Tras terminar de cenar Giorgio me acompaño a casa como todo caballero italiano y para mi pena, se volvió a despedir con un mísero pero tierno beso en la mejilla.

Cojo mi móvil para llamar a mi amiga, pero cuando ya estoy por pulsar la tecla de llamada. Pilar abre la puerta del copiloto y se sienta.


Cuando llegamos, entramos al backstage y veo que en la parte izquierda están los tocadores con todas las luces y todo lo necesario para que las modelos estén radiantes, allí tres estilistas maquillan y peinan a Verónica Blume. Pilar me informa de que Verónica con 16 años, ganó el concurso «Supermodel of the World» organizado por la revista «Elle» y de que ha trabajado para Chanel, Calvin Klein, Tommy Hilfiger… Al pasar por su lado veo que todas las herramientas de maquillaje del desfile están milimétricamente ordenadas para que el trabajo se haga de la manera más rápida posible.

Pilar se detiene para hablar con alguien a quien no conozco de nada, por lo que yo sigo observando, algunas de las chicas están pasando el tiempo viendo  un mapa para saber dónde tendrán que ir para el siguiente desfile, otras modelos prefieren sentarse para compartir confidencias o jugar con las cámaras y así hacerse fotos. Casi oculta, me doy cuenta de que, sentada en el suelo y entre los burros, se encuentra una modelo de pelo castaño leyendo tranquilamente un libro, cualquier sitio es bueno.  A la
Cuando ya termina de charlar, Pilar me agarra del brazo para que camine junto a ella, me guía hasta una sala continua a la otra, allí ya hay chicas maquilladas y peinadas que esperan para enfundarse los diseños del creador. Los conjuntos están en unos burros organizados con la foto de la modelo que lo vestirá.

-Que no te extrañe si ves a alguien tirarse de los pelos –Me avisa con una amplia sonrisa–, Es lo típico en estas cosas, como siempre hay que dar algún último retoque a los diseños, los nervios a más de uno le superan.

Miro a mi amiga, que se siente como en su casa, esta tan feliz. Se nota que este mundo es lo que le gusta.

Vemos como dos ayudantes de estilismo dan las últimas puntadas a un vestido.

El desfile está a punto de comenzar. Por lo que salimos del backstage y nos dirigimos hacia donde se realizara el desfile, para tomar nuestros asientos.

Durante el desfile, Pilar me cuenta de que las chicas están planeando ir a comer o cenar dentro de unos días ya que hace tiempo que no nos vemos todas. Le digo que me parece genial, que por mi cualquier día.

El desfile termina, pero antes de volvernos a casa mi amiga y yo nos tomamos algo en un bar cercano porque aún nos parece muy temprano. Después de dejarla en su casa, yo conduzco hacía la mía.

Cuando estoy apenas a unos metros de mi casa, reconozco un coche que me es familiar. Esta aparcado en frente de casa. Yo aparco donde siempre y me bajo de coche, negando con la cabeza pero con una sonrisa. El conductor del  coche que me es familiar se baja.

-Se puede saber qué haces tú –Le señalo con el dedo–, aquí.

-¿Qué pasa? ¿No puedo pasar a verte sin previo aviso? –Me dice divertido alzando una ceja.

-Pues mira tú que no. –Me apoyo en su coche.

-Vaya por Dios –Pone cara de pena–, ¿Entonces ahora que se supone que tengo que hacer? –Me dice mirándome fijamente.

Giorgio está frente a  mí, no sé qué me pasa, pero hoy más que nunca, me pone nerviosa. Si es que es mirarlo y ya soy un manojo de nervios.

-Seguro que se te ocurre algo Giorgio –Le digo un poco borde.

Pero el simplemente se limita a reírse.

Se toca la barbilla un par de segundos para simular como que está pensando.

-Ya sé.

Entonces sin que me lo espere, me agarra por la cintura para acercarme más a él y me besa. Es tan inesperado para mí, que al principio no reacciono, hasta que al cabo de unos segundos le rodeo el cuello con mis brazos y también le beso. Cuando separamos nuestros labios, estoy totalmente sonrojada.

-Llevo desde que te conocí queriendo hace esto –Se relame los labios.

Los dos nos echamos a reír. 

-Espero que para el próximo no tardes tanto. –Me muerdo el labio.

-No pienso esperar ni un minuto más.

Nos volvemos a besar, ahora con más confianza, más ganas.


Antes de entrar en casa, me despido de Giorgio con un par de besos más.

Entro en casa, camino hasta el salón y veo a mi madre apartándose rápidamente de la ventana que da a la entrada.

-Mama… -Digo frunciendo el ceño.

-Mama no, ¿Cuándo tenías pensado contarme eso? –Y señala hacia la ventana.

Me vuelvo a sonrojar, pero sé que no me queda otra que contarle, porque de una manera u otra me lo acabara sonsacando.

22 de agosto de 2016

Capítulo 12

                    ADRIANA

Hoy siento que mi cabeza explotara en cuestión de segundos de tanto pensar, por que  una de las cosas que tiene la humanidad es la habilidad de pensar podría ser la habilidad de volar, no, nos han tenido que dar un cerebro para que nos matemos pensando.

Entre la llamada de Sam del otro día, el hombre atractivo del bar que ha resultado ser mi jefe y este proyecto que me ha encargado el señor Thomson, mi vida es como un ajedrez si haces cualquier movimiento en falso sin pensar, jaque mate. Estoy cansada de darle vueltas al asunto y comerme la cabeza,  no entiendo que es todo esto, una cámara oculta o no lo sé la verdad, solo sé que tengo muchísimas ganas de volver a casa y estar con mi familia, mi hermano pequeño Lucas, con el que hablo cada jueves después de que haya salido del colegio, mi mamá Luxy y a sus comidas, y mi abuela Catrina, la echo tanto de menos, hablo con ella por teléfono de vez en cuando pero últimamente la he notado rara, me da la sensación de que algo no va bien espero que no le pase nada no sé qué haría sin esa viejita a la que amo, y después esta Sam, mi Sam echo tanto de menos nuestras conversaciones largas y nuestras discusiones. 
Entonces llaman a la puerta y me sacan del trance en el que estaba, espero que sea un mensajero o un vecino por que las pintas que tengo ahora mismo, con el pijama corto rosa de seda y el moño desecho no estoy para recibir a nadie, de todos modos me pondré la bata rosa de seda a conjunto con el pijama, me pongo las zapatillas de estar por casa y voy hacia la puerta, entonces escucho una voz.

-¡¡Vas a  abrir o que‼ —Grita.

Antes de abrir ya me estoy temiendo quien es, entonces abro la puerta y le digo:

-Quieres dejar de gritar verdulero mis vecinos se enfadaran.

-La verdad es que no me importa mucho, ¿que estabas haciendo, has tardado mucho en abrirme?

-No sabía quién eras, así que me estaba poniendo la bata y las zapatillas, anda pasa ya y dime brevemente que quieres que tengo mucho trabajo por hacer Erik.

Erik es uno de mis mejores amigos aquí, es un compañero del trabajo, al principio tuvimos algo,  nos liamos pero no llegamos a mas, aunque es un chico guapo, alto, fuerte, moreno y muy simpático y siempre me saca una sonrisa, nunca podríamos tener nada, su novia (Britani) y yo somos bastante amigas, de hecho ella es mi secretaria, menos mal que nunca se enteró de nuestro lio, pero de todos modos eso no volverá a suceder.

Entonces Erik coge una silla y se sienta del revés, mirando para el respaldo de la silla.

-Pues mira estaba pensando que como el Sábado es el cumple de Briti (mi novia) pues podríamos organizarle una sorpresa para su cumpleaños ¿Qué te parece?

-Me parece estupendo siempre y cuando no me pongan mucho curro para el finde, pero vamos bien, y ¿Dónde quieres hacerle la sorpresa?

-Había pensado en llevarla al local ese que le gusta tanto, lo reservamos para nosotros y montamos la fiesta allí.

-Genial, y ¿cuanto hay que poner por persona?

-Nada lo pago yo, es una sorpresa que le quiero dar, pero sí que podríais entre todas sus amigas hacerle un regalo que le guste para sorprenderla.

-Eso está hecho —Digo con una sonrisa de ternura y simpatía a la vez.

La verdad es que me parece muy bonito lo que Erik quiere hacer por ella, se nota que la quiere de verdad, llevan ya casi 1 año juntos y parecen que están hechos el uno para el otro, dan una envidia,  aunque cuando pienso en tener una relación medan un poco de arcadas.

–Bueno lárgate ya que tengo muchas cosas que hacer.

-Vale, vale ya me voy y no trabajes tanto señora directora —Dice con tono sarcástico.


Entonces lo acompaño hasta la puerta, me despido dándole dos besos y me vuelvo a poner con el proyecto, ahora mismo, esto es lo último que me faltaba, otro problema ,ahora a comerme la cabeza para hacer el grupo de WhatsApp, y pensar que le regalamos. Lo dicho pensar, pensar y más pensar… Me voy a poner con el proyecto, porque cuanto antes termine con esto antes podre ponerme a comerme la cabeza con el regalo de Brit, pero antes  voy a echarme una siesta.

17 de agosto de 2016

Capítulo 11

                                SAM


El martes lo comienzo tras finalizar la llamada a Adriana. Me ha sentado tan bien hablar con ella que decido ponerme a dibujar algo, ya que aún tengo un par de horas.

Y a todo esto sumémosle la nota de ayer:

'No se me ha olvidado, mañana cena. Tú y yo.   -Giorgio'

No puedo parar de sonreír como una estúpida.

Por eso, apenas he podido dormir. Aunque me pregunto cómo habrá averiguado mi dirección.

El tiempo para expresarme creativamente pasa volando y cuando me quiero dar cuenta, no me queda casi tiempo, poco más que para ducharme he irme a trabajar. No me importa ya desayunaré en el trabajo.

Tras 2 largas sesiones de fotos a modelos por fin tengo un hueco para escabullirme a desayunar. David, mi compañero informático y consejero-gay decide acompañarme.

-Bueno preciosa, ¿me vas a contar esa novedad masculina que hay en tu vida? —Me pregunta antes de darle un sorbo a su café.

-No sé de qué me hablas... —Intento mirar hacia otro lado.

-Por favor, ni lo intentes,  esa cara de boba solo puede significar dos cosas. Que las pelirrojas le habéis quitado el puesto a las rubias y ahora sois el nuevo tono de tontas o tu has conocido a un maromo. Y yo diría que por tu sonrisa es lo segundo.

Sonrío ampliamente.

-uiuiu y esa sonrisa confirma que está bien bueno.

Me doy por vencida y comienzo a contarle.

-Se llama Giorgio, es motorista acróbata profesional, es italiano...

David se lleva las manos a la boca para hacerse el sorprendido.

-No me extraña entonces que tengas esa cara, con ese acento te
habrá camelado ya hasta la almeja. —Me dice el siempre tan directo y con esa forma tan suya de soltar las cosas.

-Eres un gay muy pervertido —Le informo.

-Es lo que tiene estar a dos velas —se ríe un poco—, que me monto mis propias películas con lo que sea.

Yo niego divertida con la cabeza.

-¿Y ya le has hincado el diente?

-No, no nos hemos besado…

-Me refería al otro diente,  al de más abajo. —Con una mano forma un círculo, y con un dedo de la otra, lo introduce en el círculo que ha formado con la primera.

Me sonrojo al darme cuenta de que se refiere, y le bajo las manos enseguida.

-Pues claro que no, si apenas nos conocemos —Le comento.

-Cuando aprenderás que donde mejor se conoce a una persona es en la cama. Es donde todos bajamos la guardia.

Al final cambiamos de tema ya que David se da por vencido, siempre lo hace. Por muchos consejos que me dé, en temas amorosos soy un completo desastre.

Nos terminamos los cafés y volvemos al estudio, en este el resto de mi mañana  la paso delante de un ordenador, revisando y retocando las fotos.

Si retocando.

Porque todos alguna vez nos hemos retocado con Photoshop y los modelos, no son ninguna excepción. Porque nadie es perfecto.

El resto de mi mañana la paso ansiosa por que llegue la cena.

Solo quedan apenas unos minutos para que Giorgio venga a recogerme,en eso hemos quedado, ha sido muy breve en el Whatsapp. Tan solo una hora y que pasaba a recogerme.

Me miro de arriba a abajo en el espejo de la entrada. Me he decidido por una camiseta de manga corta blanca con signos étnicos en tono azul eléctrico, una falda corta de campana de un azul un poco más oscuro y de calzado unas manoletinas negras. Mi pelo he decidido dejarlo suelto con mis ondas naturales.

Oigo que un coche para en la entrada, me asomo y veo que es Giorgio. Decido salir ya,pero no sin antes despedirme de mi madre. Cuando se percata de que me voy, ando lo más rápido que puedo para encontrarme con él.

En cuanto salgo veo a Giorgio que esta camino hacia la entrada. Al verme sonríe, Y yo no puedo evitar hacer lo mismo.

Ambos andamos hacia el coche.

-¿Preparada para probar la mejor cena italiana?

-No lo sé,  ¿acabare en el hospital después?  –bromeo.

Giorgio se monta en el coche negando divertido.  Yo lo imito y me monto. El trayecto hacia el hotel es sobre conversaciones banales.

Pero las cosas cambian cuando los platos están sobre la mesa y la comida no es lo único que me seduce.

Me quedo un par de segundos admirando la decoración de la habitación. Hasta que Giorgio por fin toma asiento y entonces desvió la vista hacia él.

-¿Y esa cara? –Me pregunta con una media sonrisa en el rostro.

Me inclino un poco hacia delante.

-¿Cómo averiguaste  donde vivo?

-Sabía que me lo ibas a preguntar –Toma un bocado de tagliata di manzo   -, Pues muy fácil la verdad, fui a donde trabajas y le pregunte a la recepcionista.

-¿Y te lo dio así sin más? –Frunzo un poco el ceño.

-Que te puedo decir  -Se encoge de hombros-, se le hizo difícil resistirse a mis encantos.

me rio, es inevitable.

-Claro, es imposible. –Digo con tono irónico.

-Tú tampoco has podido –Afirma él.

-¿Eso crees? –Lo miro fijamente a los ojos.

-Sino no estarías aquí.

-¿Qué te hace pensar que soy como las demás?

-Nada –Toma una bocanada de aire-, por eso me gustas,demasiado diría yo.

5 de agosto de 2016

Capítulo 10

                             ADRIANA


Salgo del ascensor para dirigirme a mi despacho. Al cruzarme con el subdirector me sonríe y me piropea como cada mañana “Vas a volvernos locos si sigues mostrándonos más esas piernas” me comenta mientras me da un repaso con la mirada. Yo me rio ante su comentario.

La verdad es que hoy me apetecía sentirme más sexy de lo habitual, por lo que he cogido una falda lápiz negra junta con una blusa roja de seda con unos tacones del mismo color que la falda. Maquillaje ligero y natural pero con mi toque especial y mi cabello he decidido dejarlo suelto, por no complicarme. Paso por delante de mi secretaria la cual me hace un gesto para que me detenga. Esta se levanta de su asiento con una carpeta en mano y mi habitual capuchino de todas las mañanas. Tras informarme de todo lo demás entro en mi despacho y me dispongo a trabajar.

La mañana trascurre como habitualmente hasta que mi secretaria me dice que tengo una llamada desde España. Lo cual me emociona ya que hace semanas que Sam y yo no hablamos.

Cojo el teléfono y lo primero que escucho es:

-¿Cómo está mi neoyorquina favorita? –Con una alegría casi imposible de aguantar.

-¿Te has caído de la cama o es que me echabas de menos? –Bromeo, por lo que las dos reímos, -aquí son poco más de las 11 de la mañana por lo que allí ni a amanecido.

-Ya pero es que como me he desvelado pues te llamo para joder un poco.

-Vaya que puta y yo que pensaba que me extrañabas –Le digo haciéndome la dolida.

-Eso también –Me contesta mi amiga en un tono de coña.

-Si ahora intenta arreglarlo. –Le digo mientras me rio.

Nos quedamos unos segundos en silencio.

-¿Alguna novedad en tu vida por Barcelona? –Le digo para continuar.

-Bueno el otro día… -Me cuenta tímida.

-¿El otro día…?

-Conocí a un tío súper buenorro que me dio su número.

-Hay, hay mi niña usando sus armas de mujer como yo le he enseñado. –Completamente orgullosa de ella.

-Pero si no hice nada. –Me aclara.

-No te quites merito tonta, seguro que con tu mirada lo cautivaste o seguro que le enseñaste tus pechotes y el pobre no se pudo resistir. –Le digo de broma para hacerla reír.

-Madre mía… Estas fatal, deja de beber sea lo que sea que bebas. –Dice mientras intenta aguantarse la risa.

-Venga ya me pongo seria.

-Eso espero

-¿Te lo has tirado ya?

-¿No que te ibas a poner seria?

-El sexo es algo muy serio para mí. –Es algo que sabe de sobra de viniendo de mí, pero aun así se lo recalco.

-No tienes remedio.

-Eso ya lo sabes hace tiempo… bueno Sam, ¿Me vas a contar o qué? –Le pregunto ya un poco más intrigada.

-No, no me lo he tirado…

-¿Y a que estas esperando? Si esta tan bueno no sé a qué esperas.

-Es que creo que no me gusta de esa manera, ya sabes a lo que me refiero.

-No muy bien, ya sabes que para las cosas de cama y sentimientos soy una escéptica.

-Pues que no quiero que sea solo sexo coño. –Me dice en un tono más alto de lo normal.

-No me digas que te estas enchochando de él, mira que eres lerda con lo fácil que es echar un polvo y si te he visto no me acuerdo.

-No todas somos tan…

-Dilo. Tan activas sexualmente como yo. –Sonrió.

-¿Así es como lo llamas?

-Y muy orgullosa que estoy de ello.

-¿Y tú que tal por la gran manzana? –Me pregunta para cambiar de tema.

- Pues como siempre.

-¿Ya está? ¿No me vas a decir nada más?

-¿Qué más quieres que te diga?

- No sé, normalmente me cuentas que te has tirado a algún famosillo.

-Es que he estado de trabajo hasta arriba.

-¿Seguro que estas bien? –Me conoce demasiado, sabe que la estoy mintiendo, pero aun no pienso contarle nada, quizás ni siquiera merezca la pena.

-Estoy mejor que nunca, oye te tengo que dejar que tengo otra llamada. –Y pulso el botón de colgar antes de que Sam pueda articular palabra a modo de respuesta.

No quiero contarle lo del tío que me invito en el bar, porque sé que empezara a echarme la charla, que si debo sentar la cabeza, que si debo darle una oportunidad… patatín patatán. Me lo han repetido miles de veces, aun sabiendo que eso nunca va a pasar.


Me quiero demasiado como para que un tío desvié mi atención sobre el más de 3 segundos.

1 de agosto de 2016

CAPÍTULO 9

                                 SAM


Desgraciadamente el Lunes llego y con él, el tener que ir a trabajar. Me levanto a las siete, me doy una larga ducha que me hace despertarme del todo. Cuando termino me visto con unos pitillos azules, una blusa blanca junto con una chaqueta fina de media manga verde y para terminar me calzo mis botines beis.

Bajo a desayunar con mi madre que ya está esperándome con su taza de café en la mesa, yo me preparo enseguida mis cereales Special K junto con un zumo de naranja, me siento a su lado. Hablamos de todo un poco, pero sobre todo, de su visita de ayer al abuelo. El cual, me cuenta ella, se quejó porque ya hace un tiempo que no me paso a verlo. La verdad es que tiene razón para quejarse, ya que desde que la abuela murió mis visitas han ido disminuyendo en un corto periodo de tiempo. Lo cual hace que me sienta mal. Le prometo a mi madre que me pasare a verlo en cuanto pueda. Terminamos de desayunar y ya cada una coge su camino.

Cojo mi bolso y mi móvil y mientras camino hacia el coche miro si Giorgio me ha escrito. Entro en notificaciones, tengo un mensaje. Mi corazón empieza a acelerarse de solo pensar que puede ser el. Pero todas mis esperanzas se espuman al ver que el mensaje es de Pilar diciéndome que  le han regalado dos pases para un desfile de moda para el Miércoles y que si la quiero acompañar. Le respondo que sí y que gracias por contar conmigo.

Me monto en el coche y mientras arranco me digo a mi misma, que ningún hombre se merece que lo estén esperando eternamente. Algo muy de Adri.


La verdad que en cuanto me pongo a trabajar, toda mi mente desconecta, es lo que me suele pasar cuando tengo una cámara en las manos. Es como que dejo de pensar. Así pues la mañana se me pasa volando y cuando me quiero  dar cuenta ya estoy de vuelta en casa.

Nada más entrar dejo mi bolso en el recibidor y me quito los botines. Me dirijo hacia la cocina cuando algo en la mesa del comedor me llama la atención. Me acerco, y me doy cuenta que es una roja rosa, es preciosa, y junto a ella hay un pequeño sobre en el que pone mi nombre. Abro el sobre, y leo la nota.


Se me hace imposible reprimir una sonrisa cuando acabo de leerla.

16 de noviembre de 2015

CAPÍTULO 8

                        
      ADRIANA




¡No puede ser! ¡Es el! No me lo creo ¿Qué hace aquí el chico del bar de anoche?, claro por eso decía que nos veríamos pronto, ya me cuadra todo pero ¿cómo sabría donde trabajo? ¿Y qué hará aquí?
Me limito a entrar en la oficina, sin que parezca que estoy un poco sorprendida y algo nerviosa por haber visto a este chico tan misterioso.

-Pasa, pasa Adriana, este es el dueño de todas nuestras empresas el señor Aiden.

¿Cómo? ¿El dueño? No me lo creo, me quedo blanca como la leche y él está hay tan tranquilo como si no me hubiese visto nunca en la vida, con cara de seriedad sentado en la silla sin mover ni una pestaña.

-Y ella señor Aiden es nuestra directora de marketing de esta empresa. –Le comunica Mr. Thomson al dueño de la empresa.

-Encantado señorita Adriana. –Me responde con una mirada penetrante y muy descarada, no lo voy a negar me resulta muy sexi y seductora la manera en la que me mira. Aunque es una mirada muy diferente a la de anoche.

-Encantada. –Me presento yo, estrechándole la mano y sosteniéndole la mirada intentando parecer que no lo conozco de nada y en realidad no lo conozco es un desconocido para mí, ni siquiera hemos cruzado palabra alguna antes de esto, solo miradas en aquel bar en el que un hombre como él no tiene cabida en ese lugar, no sé qué haría allí, ni como fuimos a parar al mismo sitio justamente los dos, fue una casualidad bastante fortuita.

-El señor Aiden está  de viaje aquí en Nueva York y ha aprovechado para visitar su empresa aquí, y tenía mucha curiosidad de conocer a nuestro personal más cualificado y más importante en ella. –Me comunica Mr. Thomson.

Yo asiento con la cabeza a modo de confirmación. Intento que no se note mucho que estoy algo nerviosa por la presencia del que se supone que es mi jefe, es increíble, ha intentado ligar con migo mi jefe. Espero que no intente hablarme de lo de noche, a lo mejor hace como si nada hubiese pasado, creo que es lo mejor.

-Bueno me encanta como llevas la empresa Thomson, el  personal  es por lo que veo muy cualificado. –Dice Aiden

-Si aquí todos trabajan mucho, la señorita Adriana se encarga de aprobar todos los diseños para nuestras campañas publicitarias y dar las nuevas ideas a su departamento, tiene varios ayudantes que ella sola dirige es muy profesional.

-Ya veo. –Contesta con cara de concentración, como de estar interesado en lo que está diciendo.

Me mira, y yo trago saliva.

-Bueno creo que va siendo hora de que me vaya, tengo algunos asuntillos que terminar, si me disculpa señor Thomson, y encantada de conocerlo señor Aiden. –Digo intentando largarme de allí lo antes posible.

Entonces me levanto de la silla, Aiden me agarra de la mano y me la besa.

-Igualmente, señorita Adriana.  –Dice cogiéndome de la mano y besándomela cuando yo me dispongo a levantarme para salir de allí.

Entonces trago saliva, hago un gesto de sonrisa leve y salgo de la oficina para dirigirme a la mía.


Dios mío he pasado un momento demasiado tenso, espero que no volver a tener otra situación como esta nunca.